Últimamente es cierto que viajar, unido al termino de «geolocalizarme» son una parte de mi vida a la que me considero «medianamente adicta». A la vez de creer que es un estilo de vida cuanto mas saludable, participativo, con el que siento que mi vida se llena de situaciones, paisajes y recuerdos que sin ellos… nada sería lo mismo.
Conocer mundo es una practica que todo el mundo debería practicar, ya sea al pueblo de al lado o a mas de 800km como fue mi último caso.
Y es a Santander y algunos de sus alrededores, a los que voy a dar protagonismo a lo largo de éste post.
Así que… allá va.
Viernes 24 de Septiembre.
Es Festivo en Catalunya, y tengo sábado y lunes «day free» en el trabajo.
Mi amigo Israel y yo, planeamos un viaje a su tierra natal, Cantabria, Santander, concretamente el es de Torrelavega pero hoy día, y por suerte para mi, es un guía excelente que se conoce su tierra como nadie.
Llega a eso de las 12 del mediodía a mi casa con su Seat Ibiza Rojo. Meto mi maletica en el maletero… y comenzamos lo que terminarían siendo, aproximadamente mas de 2000 Km por el norte de España.
Aquí se describe el camino de Vuelta
Mi cámara y yo, somos amigas inseparables cuando de viajes se trata, el iPhone, la música, y los tweets, fueron uno mas del viaje. El viento y la lluvia, no se olvidaron de venir con nosotros, aunque en toda la estancia, iban y venían a placer… últimamente creo que ya nos hacemos a éstos cambios temporales tan bruscos.
Para hacer el post mas llevadero, lo dividiré por pequeños «pasajes» que tratarán o narrarán, paradas y curiosidades a lo largo del viaje. Si veis alguna palabra señalada, puede que esconda alguna foto o algún enlace de interés, je, je!
Pasaje Primero:
Con el viento acompañándonos, la primera parada oficial, la hicimos en Zaragoza para comer. El frío ya empezaba a notarse, fue entonces cuando eché de menos alguna ropa de abrigo, por suerte @israwel acertó en sugerirme llevar alguna chaqueta de abrigo, y no me la quité prácticamente en todo el viaje.
De esa mini parada, nos dirigimos con destino Bilbao, a hacer una mini visita a su tío. Nada mas entrar quedé impresionada por la arquitectura, los paisajes, los edificios… y eso que era un día nublado y con lluvia.
Pero bastó para que en mi mente penetrase la idea de «hay que volver». Dimos unas vueltas y pasamos por el Guggenheim a hacer unas fotos. El perrito lo vi muy de lejos y quedó pendiente por ver, en una próxima visita será. Terminada la visita, tentando a la suerte comprando un cupón de la ONCE y proseguimos nuestro viaje.
(que por cierto, no nos tocó)
Pasaje Segundo:
De allí fuimos rumbo a Santander, donde por la lluvia, el cansancio y el hambre que llevábamos decidimos pensar poco e irnos a un chino a comer (la característica mas fantástica que éstos tienen, es que siempre encontrarás alguno cerca, mas o menos al mismo precio y con el mismo contenido)
Tras cenar, dimos un paseo aprovechando que escampaba un poco, pude oler por vez primera el Cantábrico rodeada de gotas de lluvia… pero era tarde y dejaríamos la excursión para el día siguiente.
Pasaje Tercero:
Tratamos de madrugar lo máximo posible La lluvia proseguía y no pudimos «excursionar» así que decidimos empezar la ruta estuviera como estuviese el tiempo. Así que, sacamos el coche del parking y nos fuimos con destino Torrelavega, lugar natal de mi compañero de viaje!
Allí comimos en un bar de carretera inrecomendadisimo… el camarero se tenia estudiada la poco original carta y la recitaba en un tono neutral sin emoción alguna… la comida no tenia nada en especial, salvo una presentacion semi-cuidada y… ya está, un restaurante sin decoración, ni nada, y una tv con el telediario en un volumen considerable, (un poco alto) en fin…
Una vez terminamos, descubrimos como la lluvia disipaba y nos dejaba deleitarnos de un cielo azul y unos paisajes verdes increíbles! (aprovechamos hacernos unas fotos con la fauna también, je, je!)
Pasaje Cuarto:
La primera parada la hicimos en Suances donde lo mas impresionante eran las vistas. Donde se podía ver como el Mar Cantábrico golpeaba salvajemente contra el acantilado (incluiré imágenes en vídeo) Desde allí podíamos ver el faro de la playa de Cuchía además del mismo faro de Suances.
Prácticamente al lado, nos encontramos con la «Playa de Los Locos» donde nos hicimos, para variar algunas fotos! Personalmente, me impresionan las playas donde se ven paisajes con montañas, acantilados y olas tan grandes!
Pasaje Quinto:
Decidimos cambiar los paisajes playeros (por el momento) y nos fuimos rumbo a Santillana Del Mar, donde descubrí en una caja de una tienda de recuerdos, las mentiras de Santillana de Mar: «Ni es Santa» ni es «llana» ni tiene «Mar». Estilo medieval y unos paisajes con una arquitectura que me encantaron!
Pasaje Sexto:
Volvimos a Santander, aparcamos por la costa y caminamos hasta entrar en la Península de la Magdalena. Allí descubrí pingüinos, leones marinos y focas, y la replicas en miniatura de unos galeones con los que Colón descubrió América. Presididos por una preciosa escultura en forma de sirenita que me cautivó. Caminamos cuesta arriba mientras la noche caía dejándonos a cada minuto con menos visibilidad, pero ello no nos impidió deleitarnos con el Palacio de la Magdalena, que incluso con la noche, era precioso! Para variar, nos hicimos nos hicimos muchas fotos, jeje!! Como curiosidad, mencionar del Palacio, que fue construido por el ayuntamiento de Santander para la estancia estival e los Reyes de España. La noche terminó con unas pizzas y a dormir, que al día siguiente, la excursión, debía continuar.
(He aquí una muestra de como nos impresionó la magnitud de Palacete jeje)
Pasaje Séptimo:
Comienza al medio día nuestra ultima aventura por el norte y decidimos aprovecharla a tope. Así que, tras despertar y hacer las maletas, fuimos rumbo al oeste, exactamente rumbo a Potes para ver mas tarde los «Picos de Europa«. Allí, nos dejamos aconsejar por twitter para encontrar un lugar donde comer. El lugar elegido fue por mención popular el «Asador Llorente» aconsejado 100% buen servicio y una comida excelente, donde pude comer con los picos de Europa como paisaje. Tras un café y comprar unos recuerdos, nos fuimos rumbo a nuestra ultima parada.
Pasaje Octavo:
Un paisaje despejado, y un sol en su punto mas alto, nos esperaba para dejarnos ver un paisaje desde el teleférico y dejar una bonita guinda final al pastel de estas mini vacaciones. Fuente Dé, tras unas largas curvas y paisajes montañosos, nos llevó hasta los Picos de Europa, donde subimos al teleférico por 15€ c/u sin mucho tiempo para disfrutar el paisaje, ya que en menos de 30 minutos salía el ultimo teleférico que nos llevaría a tierra firme y no quedarnos a 2,500 metros junto a las ovejitas que nos encontramos allá pastando.
(Los pequeños puntitos blancos son las ovejas de la zona je,je!)
Pasaje Noveno:
El viaje fue finalizando tras carreteras, curvas, horas, música, peajes y kilómetros en el Area Pina del Ebro, Zaragoza para cenar algo. De ahí a casa, y Barcelona a dormir…
Y con ésto doy fin a éste eterno viaje y post, que me ha costado escribirlo mas de un mes, pido disculpa a las personas que estaban esperando leerlo. próximamente espero poder grabar el podcast con mi amigo Isra, que fue quien me acompañó en éste largo viaje, quien me ha estado ayudando a encontrar algunos datos que no recordaba, y que añadiré en el podcast ya que será el quien os lo cuente!
Hasta pronto!
FIN!!!