10 de Diciembre de 2012
9:37 pm
Todo comienza en una conversación con @ajbazalo donde hablabamos de vacaciones y viajes y del mono de ver el mundo sobre las alturas. Así fue como, sin pensarlo demasiado, tras haberlo pensando pocos dias antes, decidimos no darle mas vueltas, abrir la página de vueling y adquirir los billetes para nuestro regalo personal del día de reyes. Un viaje a Roma.
Mientras iba haciendo click para seguir el proceso de compra sentía como los dos angelitos típicos de las películas se me sentaban sobre los hombros, uno me decía que estaba loca, que debería ahorrar «bla bla bla» y el otro me decía de un modo muy persuasivo que me dejara llevar, que necesitaba desconectar tras trabajar en navidad.
Mi querido ángel descarado decía que me lo merecía y que dejara de pensar y que disfrutara… y ¿¡por qué no?! Tenía razón.. bueno ambos lo tenían… al menos el malo pareció ser mas persuasivo…
En fin… que eso, que compramos los billetes y ahora tan solo quedaba esperar.
Durante los días espera, Antonio se dedicó a mirar mapas, opciones de autobuses para ir desde el aeropuerto de Fiumicino hasta Roma, en nuestro destino nos esperaría el alojamiento elegido: el Hotel Apollo ***
No quise organizar demasiado el viaje, con saber el hotel y el vuelo y algo sobre el transporte ya resultaba suficiente. Me gusta improvisar y no crearme demasiadas expectativas, varios amigos y conocidos me contaban cosas sobre Roma, mientras trabajaba, tomando a un café, conversando por facebook o twitter. Hacía que cada vez tuviese mas ganas de descubrirlo por mi misma.
5 de Enero
10:00 pm
El avión se preparaba para despegar desde Barcelona, maletas a bordo y cinturones abrochados. Nos esperaban unas horitas que invertimos en jugar al Scrabble y al Trivial en el iPad (mi fiel compañero de viajes).
Aterrizamos en el aeropuerto y nos tocaba la ardua tarea de encontrar la salida sin haber recibido clases de Italiano básico ni teniendo idea. Nos dejamos llevar por la intuición, por el latín/catalán que conocíamos y por supuesto, la lengua de Shakespeare y la que sería nuestra mas utilizada frase nada mas aterrizar:»Do you speak english or spanish?«. Acompañados de éstas reglas básicas y del lenguaje mas universal que existe, el de los gestos, logramos ir a todas partes.
Salimos del aeropuerto y fuimos en busca de un autobús que nos llevara a Roma, no fue del todo difícil, ya que habían varios carteles de «Roma por 4€» la elegida fue T.A.M., que costaba 1€ menos que Terravisión la que nos aconsejó internet.
Llegamos al hotel, dejamos las cosas y lo primero que hicimos fue un lugar para comer, el lugar elegido fue «Dodo Ristorante» que es lo nos pilló mas cerca y que además tuvieran alguna cosa donde Antonio (que es celiaco) pudiera tener varias opciones para elegir. Allí probé por primera vez la pizza italiana autentica! ¡una pizza en Italia! ¿lo peor? No poder twittearlo ni subirlo a instagram hasta tener wifi… #Sniff
Así pues, fuimos a por las cámaras tras poner feliz nuestras barriguitas y nos dirigimos hacia el Coliseo que es lo que teníamos mas cerca.
Para nuestra sorpresa, ya era tarde para poder verlo desde dentro, así que decidimos hacer algunas fotos al exterior, que ya era impresionante. También al Arco de Constantino, que me recordó al Arco de Triunfo de Barcelona, solo que éste era muchísimo mas impresionante. De echo mas tarde, a través de la aplicación que use para ir organizando lo que iba viendo (TuristEye), descubrí que éste Arco es de los últimos arcos construidos en Roma.
Caminamos hacia donde parecía que había mas gente, seguidos por un mapa offline que Antonio descargó en su iPhone dimos con el majestuoso Monumento a Víctor Manuel II, impresionantemente precioso lo mires por donde lo mires, la lastima es que también estaba cerrado cuando llegamos. Fue una de las cosas que nos quedó por ver desde dentro, pero como os describo, es tan bonito por fuera, que el no entrar no nos dejaba para nada con sabor agridulce. No escatimé en fotos…
Bajamos por la Piazza Venezia, donde descubrimos a una bruja que parecía tener protagonismo o algo que ver en esas fechas. Mas tarde descubriría que se trataba de la Bruja Befana, que tiene una historia muy peculiar, que hace que los niños italianos celebren la noche del 5 de Enero con regalos y caramelos.
Bajamos por la Via del Corso, que era una calle preciosa decorada con un lazo larguísimo de luces de colores , repleto de tiendas comerciales que gritaban al consumismo puro y duro.
Continuamos nuestro paseo, y callejeando tratando de buscar la Fuente de Trevi, preciosa la mires por donde la mires, yo aproveché para tirar una moneda como hacían muchas de las personas que habían allí, y pedí un deseo ¿se cumplirá?
La fuente me despertaba un aire de frescura, de esperanza y un sonido muy relajante, repetimos la visita a ésta fuente en varias ocasiones, y siempre estaba llena de personas.
Empezaba a hacerse de noche, y nos planteamos la idea de buscar una tienda de telefonía para tener internet, poder usar mapas y estar localizables, algunos amigos nos recomendaron compañías como Win, pero no encontrábamos ninguna. Dimos con una llamada «TiM» que nos hizo mucha gracia, por e hecho de que era azul y parecía que continuase con «Timostar» y por 20€ teníamos 300Mb semanales que nos duraría un mes… por no dar mas vueltas y con el riesgo de que cerrasen las tiendas, las compramos, nos la activaron y empecé a ser feliz al experimentar lo que era tener internet en un país extranjero y poder postear mis fotos y mis ideas en instagram, twitter, facebook… sí, lo sé… soy una adicta, pero ¿sabeis? Peor es fumar y mas caro, je, je! (ya, ya… ejemplos tontos) Prosigamos.
Una vez con internet a cuestas, todo resultaba mas sencillo, internet, mapas, google maps, diccionarios online, geolocalizacion para saber donde estábamos… sonara a tópico, pero no era nada mas lejos de la realidad.
Así fue que descubrimos que decidimos sentarnos en una terracita (a pesar del frío) frente al Panteón de Agripa, en una heladería donde tomaríamos unos chocolates que nos saldrían a 6€ c/u, 12€ por dos tacitas de café… si… yo creo que eso era algo exagerado, estaba muy bueno, si… pero no para tanto. En aquella plaza haríamos fotos para seguir caminando hasta dar casualmente con el Temple de Hadrian, que parecía que estuvieran presentando alguna exposición en su interior.
Caminamos, y dimos con la Fuente de Trevi nuevamente hasta que decidimos buscar un restaurante para cenar. Se hacía difícil encontrar un restaurante con carta para celiacos.
Así fue que cenamos en un restaurante donde los camareros eran mas lentos que el caballo del malo y nos fuimos de vuelta al hotel.
Decidimos ir temprano para poder madrugar al día siguiente y de ésta manera aprovechar la luz del sol que se desvanecía aun en la tarde.
6 de Enero de 2012
6:00 am
Sonaba mi despertador y comencé a arreglarme para emprender un día de caminar sin parar. No escatimé en el desayuno, que al ser bufete libre aproveché y desayuné café, croissants con embutido, jamón, piña, melocotón, zumo de naranja y tostadas con mantequilla y mermelada… tenía que llenar mi cuerpo de energía, y además ya era consciente que a mi vuelta comenzaría la dieta, así que, no había excusa que valiese.
Nos fuimos directos a comprar las entradas al Coliseo para verlo por dentro. La entrada valía para varias cosas, al Coliseo, al Foro Romano y al Palatini, y todo por 12€ c/u.
Comenzamos a caminar por el interior del Coliseo con nervios, ganas y algo de frío. ¡Aquello era enorme! Eran las 10 y pico cuando comenzamos a caminar por los pasillos como si de un museo de tratase, esculturas con inscripciones y cuadros decoraban esas paredes allá por el siglo I caminaban los romanos sin imaginar que aun hoy miles de años después caminaría la humanidad estudiando lo que fueron. Y de eso mismo se encargaban los guías que podíamos ver por ahí, españoles, japoneses, alemanes, etc…
De vez en cuando me paraba para escuchar a los españoles que se paraban mientras relataban con entusiasmo curiosidades de las aventuras de los romanos y los gladiadores. Fotos, y fotos, y mas fotos hacíamos nosotros y los cientos de personas que estaban por allí. Bajo el sol todo era impresionante, aunque a veces costaba encontrar el contraste de luces y conseguir una buena foto, aunque con el iPhone e instagram a veces podíamos arreglar alguna que otra foto je,
Tras una hora caminando por el interior del Coliseo, de descubrir lo que eran los vestuarios, las escaleras e imaginar los balcones por donde se asomaban los espectadores de las luchas con vistas al foro Romano, lugar a donde nos dirigiríamos luego.
Entramos en el foro a eso de las 11:30 y fuimos caminando y haciendo fotos entre las impresionantes ruinas hasta llegar a la zona de la Basílica de Constantino y Majencio, donde habían laberintos, vegetación y unas vistas impresionantes. Allí ya nos dieron casi la una del medio día, ya iba siendo hora de buscar algún lugar para almorzar.
Volvimos a bajar encontrándonos con el Arco de Tito, y con el coliseo ante nuestros ojos, lo dejamos pasar para ir de camino a un restaurante. Buscamos por internet en la guía algún restaurante para celiacos pero la búsqueda cada vez se nos hacía mas difícil, así que optamos por ir a la Pizzería Griglieria, que quedaba además cerca del hotel. Lo mas curioso a la hora de buscar restaurante, fue encontrarnos en el 90% de ellos un cartel con el «TripAdvisor» parecía estar de moda o ser algo importante las estrellas que tuviera en esa red social.
Tras comer, nos fuimos a visitar la Isla Tiberina, un lugar curioso e inquietante pero lleno de magia.
El río Tiber esta lleno de puentes que permiten cruzar de un lado a otro sin ningún problema.
Mientras caminábamos por las calles, iba anocheciendo, así que decidimos ir tranquilos por las calles sin prisa alguna. Cruzamos por el Ponte Sisto y nos dispusimos a callejear, mañana nos tocaba visitar el Vaticano, por lo cual, aprovechamos para conocer el corazón de Roma y perdernos entre la multitud.
La aun decorada ciudad hacia que todo pareciera mas mágico aun, el ambiente de navidad, ilusion y regalos, es algo que me encanta, y viajar a una ciudad como Roma, me suponía una delicia.
Así fue que descubrimos una pizzería que haría feliz a Antonio por su gran gama de pizzas para celiacos a la que iríamos esa noche y una feria en la Piazza Navona, con vendedores de globos de helio para los niños, tiendas de regalos, dulces, carruseles y mucha magia.
Seguimos caminando para hacer tiempo para la cena, y nos encontramos con el Palacio de Justicia, el Castillo de Sant Angelo, donde retomaríamos por el puente homónimo decorado de ángeles que me recordaron a las estatuas del Dr. Who. Hicimos tiempo paseando hasta llegar a la pizzería: Voglia di Pizza, donde Antonio al fin fue feliz al poder comer una pizza si gluten y además ¡¡deliciosas!!
De camino al hotel nos encontramos con el Largo de Torre de Argentina y nos despedimos del monumento a Victor Manuel II.
7 de Enero de 2012
6:00 am
Me desperté y empecé a arreglarme y a dejarlo todo listo ya que esa misma tarde/noche nos volveríamos a nuestro país. Una vez dejé la maleta lista.Ya estábamos desayunando a las 8:30 y llenando bien el estomago para estar preparada para volver a caminar sin fin mientras visitábamos el estado dentro de Roma, la ciudad del Vaticano.
Viajamos hasta nuestro destino en metro por primera vez con nuestras cámaras listas, eran las 10 de la mañana y aun nos quedaba tiempo, algo teniamos claro: Había que aprovechar nuestro úlimo día.
Nos bajamos del metro y caminamos hasta el Vaticano. Un súper belén y un altísimo árbol de navidad llenaba el centro de la plaza de San Pedro junto a algunas luces y a la multitud que se acercaba a verlo.
Yo me limité a pasear alrededor de el, deleitando con el detalle de las columnas y el punto exacto donde si te sitúas, ves todas las columnas alineadas. La magnitud de aquella plaza no dejaba indiferente a nadie, era impresionante, las personas en ella, parecían pequeñitas por mas que acercaran a uno.
Hicimos fotos y fuimos a dar una vuelta por los alrededores haciendo tiempo hasta entrar a los Museos Vaticanos, hicimos un café que nos costó la friolera cantidad de 11€ cada uno… pero tras calentar un poco el gaznate nos introducimos en el edificio.
Una vez dentro, el resumen general se podría definir como: » paseos para caminar con al boca abierta» Cada rincón, cada milímetro, podrías encontrar una maravilla a cual mejor realizada. Esculturas, techos, ventanas entre un largo etcétera de detalles.
Y el paseo se termino con las escaleras de Giuseppe Momo.
Fuimos a comer a un restaurante «Di Paolo» que estaba en frente y que nos hizo elegirlo por su cartel «Sin Gluten» donde nos comimos una ensalada de salmón ahumado y mozarella y el plato clásico que me quedaba por por probar, ya había probado la pizza, la pasta y ya tocó el turno de la lasaña.
Nos fuimos rumbo a buscar el metro y a visitar alguna de las cosas que nos quedó pendiente el día anterior. Así fue que llegamos a la Plaza de España, con sus impresionantes escaleras, repletisima de gente y vendedores de flores, aun se olía en el ambiente la navidad y los niños ilusionados con sus regalos y bicicletas. Me llamó muchísimo la atención un monumento altísimo algo apartado de la plaza que tenía flores arriba ¿Cómo habrían hecho para subirlas allí? Vaya intriga…
De ahi, fuimos caminando hacia el hotel aprovechando lo que ibamos encontrando, pasamos por la fuente del Tritón que estaba en obras, callejeamos mirando tiendas y haciendo fotos del paisaje hasta visitar de nuevo la Fuente de Trevi donde aproveché para hacerme la última foto y comerme el ultimo Gelatto.
Directos desde el hotel tras despedirnos, donde pillamos las maletas y fuimos hacia la estación Termini, donde esperaríamos al bus (que por cierto estaba muy mal señalado para encontrar la parada) e ir camino del aeropuerto en el bus TAM. el mismo que nos trajo a la idea. Tras romper la taza que me compré minutos antes de subir al bus y darme un golpe en la cabeza con la puerta del maletero del Bus, llegamos a tiempo al aeropuerto de Fiumicino donde Antonio me regaló otra taza de Roma para mi #colecciondetazas con la única condición de que no la rompiese, je, je!
Y así fue que @Vueling nos trajo volando sanos y salvos a España, en el viaje jugamos al Scrabble y al Trivial en el iPad ya que al ser de noche no había mucho paisaje por ver, aunque ya lo disfrutamos a la ida.
* * *
Y con esto se termina éste viaje de dos noches y 3 días que exprimimos sin lugar a dudas, restaurantes con TripAdvisor, y aprender a comunicarse entre señas y palabras nuevas como «Grazie, Prego y Bongiorno»
El viaje para mi fue muy muy improvisado, a causa de haber estado trabajando a full en navidad, haber viajado poco antes a Cádiz y las cosas del día a día me impidieron organizarme el viaje como es debido y estudiar un poco cosas sobre Roma para situarme en los acontecimientos históricos que estaba reviviendo.
Sin lugar a dudas Roma es un lugar para volver, un lugar lleno de magia y calles con una historia para revivir…
La próxima vez, lo organizaré más!!!
Gracias a Antonio por ser un gran compañero de viaje, con el que la diversión y las ganas de investigar la ciudad, estaban aseguradas!
Y nada más, espero que si planeais un viaje a Roma éste post os sirva a algunos como guía.
Si tenéis dudas, preguntas, opiniones y/o sugerencias, espero vuestros comentarios en éste mismo post.
^_^
Y para terminar os dejo algunos enlaces interesantes con fotos y articulos de interés que utilizamos estando en el pais bicontinental soberano con forma de bota de la unión europea.
Un bischisaludo!!!!
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