Azucena,
A flor de piel.

El mes de Diciembre de 2017 fue muy intenso para mi por varias circunstancias.
Cuando llegan éstas fechas tan marcadas, donde se canta a la reunión, a la familia, a los regalos, a gastar, a estar juntos, los sentimientos parecen que estén a flor de piel (nunca mejor dicho jajaja).
Así que, aprovechando una oferta de Black Friday de un tatuador que ofertaba en instagram (antes O’link), decidí proponer a Susana hacernos un tattoo, ya que en varias ocasiones habíamos mencionado las ganas que teníamos de hacernos uno otro.

Eran varias las ideas que tenía en mente, y al final me decidí a tatuarme una flor, una azucena, que es el nombre de mi madre, y así de alguna manera la tendría cerquita de mi, fue @veesentenza, una italiana muy simpática, la encargada de hacerlo, lo dibujó ella y fue improvisando sobre mi piel, sin duda se notaba que disfrutaba cada trazo y que tenía mucha experiencia porque lo terminó en menos tiempo de lo que tardamos en prepararnos.
Hacía no mas de una semana que habíamos adoptado a Noa (nuestra gatita negra, que ya os presentaré en otro capitulo), y en aquella época circunstancias de mi vida me estaban haciendo componer un montón de canciones, así que nada mejor para conmemorar esa época y recordar que todo se supera con una marca en mi piel.
Soy de ese tipo de personas a las que le gusta que cada tatuaje tenga su historia y su significado, y éste tatuaje en particular también la tiene, además acompañado de una buena vieja amiga con la que he añadido una experiencia mas.
¿Para cuando el próximo?
Intuyo que no tardaré mucho en hacerme otra pequeña o gran marca para contar mas historias, con la tienda en mi piel, como si fuese un lienzo.

Y nada más con esto me despido bischilectores, hasta el próximo tattoo
¡uy! quise decir…. hasta el próximo post!