30…
Tres décadas…
Toda una experiencia… todo un cambio.
Cuando cumplí 29 años de edad ya empezaba a bromear con que tenia 30 menos 1, y me decían… «si si, tu bromea, pero cuando te llegue el día lo veras diferente» y nada mas lejos de la realidad…
Ya llegó.
En mi cabeza empiezan a llegar imágenes como si de flashback se tratase donde me vienen recuerdos de cuando complí 25, 18, los 20… recuerdo como era mi vida entonces, cuales eran mis sueños, los amigos que me acompañaban, mis deseos, entre un largo etcétera de momentos. Me miro en la actualidad, y me pongo a pensar qué pasara por mis recuerdos cuando pasen 10 años más
¿Qué es lo que quiero recordar y como?
Podría decirse que empiezo a tomar consciencia del avance del tiempo y que éste, a su vez, pasa cada vez mas rápido sin que me de tiempo apenas a darme cuenta.
Parece que fuese ayer cuando me encontraba organizando mi viaje a Barcelona, donde cumpliría los 25 añitos, y mira donde estoy ya, con mi trabajo fijo, mi casa, independizada, enamorada, y con la única responsabilidad de sacar la vida hacia delante lo mejor que puedo.
Echando un vistazo alrededor y viendo como va la vida, soy una persona afortunada, una chica, una mujer… ¡Ay! (suspiro) ¡me hago mayor!
Y así sin mas, que aterrizan en mi cabeza recuerdos y momentos de actitudes de mis padres, como me siento reflejada en ellos en muchas de las circunstancias de mi vida, como he reaccionado ante determinados momentos. Mis semejanzas… después de todo, ya vivía con mi madre con la edad que tengo yo ahora, como cambian los tiempos… qué lento parece que avance nuestro progreso. Hace unos años, con 30 años ya tenían casa, hijos y algunos hasta divorciados, y yo aquí, recién salida del nido familiar y prácticamente aprendiendo a volar mientras trato de encontrar el equilibro para no perder el rumbo.
Inevitablemente, sientes como te haces mayor, y sientes el peso de la vida como si fuese una mochila que no te puedes quitar. Las responsabilidades, las facturas, el trabajo, la limpieza de la casa… es ahora que empiezo a cuidarme, a controlar la comida, hacer algo de ejercicio, las dietas, los deberes de la casa, la compra, la limpieza, quedar con amigos, viajar… dios mío! ¿de donde sacabas el tiempo mamá?
A veces siento que ya he pasado la linea de hacerme mayor y a veces siento como parece que acabe de empezar a caminar. ¿Era ésto la crisis de los 30?
Hoy: Empiezo a ser consciente de que tengo que organizarme mejor y ser «menos libre» es decir, cumplir mis obligaciones personales, deberes propios que dejo por «hacer lo que me apetece» durante mi tiempo libre y dejar de dejarlo todo tanto a la improvisación posponiendolo con el clásico «¡hay…ya, bueno… hoy estoy cansada, ya lo haré mañana, luego, o la semana que viene!»
Son hábitos que proceden del camino de mi vida… de niña a mujer, de la conservación de ambas.
Ya no puedo cantar el «I’m not a girl, not yet a woman» ya que se supone que con 30 años soy ya una mujer.
Y lo quise celebrar de manera especial, al estar de vacaciones decidí preparar algunas cositas.
El evento correspondiente en facebook, una tarjeta de invitación, pases de PassBook y chapas de regalo.
Todo acompañado de la ilustración de la gran Sarah Con Hache! Que la elegí por haber sido ella con la que inicié mi colección de caricaturas.
A ver como acontece!!!!
¡¡¡¡Que empiece la fiesta!!!!