Cómo ser Feliz
Capítulo :Tu oposición existencial
La forma como cada persona se siente a sí misma y los demás respecto de ella, es lo que llamaremos la posición existencial. Por ejemplo: yo puedo sentir de mí mismo que soy inteligente y que hago bien las cosas, o que soy incapaz y no sirvo para nada. De los demás, que son perfectos y mejores que yo, o bien que no saben ni valen nada.
La forma de sentirse uno mismo y de sentir a los demás es una decisión que normalmente se toma antes de los siete u ocho años. Las caricias recibidas de los padres, abuelos o maestros quedaron grabadas en nuestro PEQUEÑO, provocando estos sentimientos. Por ello, es importante saber cuál es tu posición respecto a ti y hacia los demás.
Es importante que te definas porque has de saber si te aceptas tal como eres o si por el contrario huyes de ti. Por otra parte, también has de analizar si en tus relaciones con los demás aceptas o no a los otros.
¿Con cuál de las siguientes cuatro formas de relación te identificas?
-Dominación
-Impotencia
-Sumisión
-Cooperación
¿Y cuál de los siguientes cuatro sentimientos expresas más a menudo?
-Desprecio
-Tristeza
-Vergüenza
-Satisfacción
Párate a pensar. La posición existencial es la que ya adoptamos desde nuestra niñez y en la que hemos estado desde entonces, manteniéndonos hasta la edad adulta.
Te sugiero que a partir de ahora, sea cual sea tu posición, actúes siempre en base a la "cooperación" con los demás, expresando la "satisfacción" por encima de todo.
Haciéndolo obtendrás otras respuestas, las cuales reforzarán, a su vez, tu actitud positiva
Capítulo: ¿Te ries?
¿Qué es lo primero que enseñamos a nuestros hijos cuando son recién nacidos? A reír.
Reír es sinónimo de alegría y la alegría es una tendencia innata en nosotros. La alegría es prima hermana de la felicidad, por eso todos nuestros actos, impulsos y pensamientos tienden a la felicidad, aunque el entorno y la sociedad nos lo pongan difícil.
"Todos los hombres buscan la felicidad, hasta los que se suicidan", decía Pascal.
Ser feliz es asumir la vida, es reír a pesar de…Hay personas a las que siempre se las ve con el ceño fruncido. Ni una leve sonrisa aparece en sus labios. Estas personas están tensas. Y la tensión es un caldo de cultivo en el que se potencian las enfermedades psicosomáticas.
Reír ayuda a relajarse. Un ejercicio muy bueno para esto es grabar a través de tu vídeo todas las películas y espectáculos de humor que puedas, y disfrútalos cuando dispongas de un momento tranquilo. Hoy en día se está poniendo muy de moda la risoterapia, una terapia efectiva y relajante.
Cuando se está triste o alegre, todas las células del cuerpo terminan por saberlo y ese malestar se traslada a todo tu cuerpo. Por ello, es importante cuidar tus estados de ánimo.
Capítulo: Tu Tiempo
Todos distribuimos el tiempo en las mismas cosas y lo que nos diferencia a unos de otros es la forma de hacerlo. Analicemos ante todo en qué ocupamos nuestro tiempo. Veamos:
1.La meditación: es una especie de aislamiento físico y mental en el que nos paramos a pensar y reflexionar. Si la imaginación se nos desborda respecto al pasado o al futuro, puede ser negativo, pero si, por el contrario, nos centramos en el aquí y el ahora, y reflexionamos, meditamos o nos relajamos, es positivo.
2.La actividad: el trabajo, los estudios, el deporte, las ocupaciones del hogar, los "hobbies", etc. Cualquier acción dirigida hacia el contacto con la realidad es una actividad.
3.Las relaciones: el contacto con los otros, diferenciando las relaciones que podríamos denominar intimas de las frívolas. En las primeras, compartimos emociones, experiencias y pensamientos, en una relación honesta de mutua compañía. Sin embargo, las frívolas están basadas en la relación social externa bajo pautas de buenos modales y educación. Ahora, analiza cuánto tiempo dedicas a cada uno de estos tres apartados.
-¿Te paras a pensar? ¿Profundizas en tus pensamientos?, o ¿no tienes tiempo de reflexionar?
-La actividad, ¿cómo la distribuyes?
-En tus relaciones, ¿cuánto tiempo dedicas a la intimidad y cuánto a la gente? ¿tus relaciones íntimas (no hablamos de sexo) son gratificantes?
Organízate ya que es muy importante que según como inviertas tus horas, tu "activo" crecerá.
El tiempo es como el agua, que se escurre de entre los dedos.
Capítulo: Qué te gustaría hacer
Quizás haya alguna cosa que te gustaría hacer. Algo que te haga mucha ilusión y quizás hasta sientas vocación, y en cambio no estás haciendo.
Es muy importante tener claro lo que se desea realmente en esta vida. A veces tenemos sueños que se esfuman porque los consideramos irrealizables. Y ni tan sólo nos paramos a pensar cómo hacerlos realidad.
¿Tú sabes qué es lo que más te gustaría hacer? Te recomiendo que hagas una lista de todo lo que te gustaría hacer y no haces. Y a continuación, cuestiónate: ¿por qué no lo hago?, ¿qué me impide hacerlo? ¿cómo lo podría hacer?
Observarás que para que cada respuesta encuentras una solución. Se trata de avanzar hacia delante. Piensa que, como ya te he dicho anteriormente, hoy es el primer día del resto de tu vida ya que el tiempo no vuelve.
Uno de los secretos de la felicidad no está en hacer lo que nos gustaría, sino en que nos guste lo que hacemos. Piénsalo y aprovecha intensamente cada día, cada minuto. Vive en profundidad porque la vida pasa y ya nada se repite.
Capítulo: Tu mochila
¿Has hecho inventario de todo lo que llevas en tu mochila?
La vida ha sido generosa contigo, pues una buena parte de lo que hay en ella, te lo han regalado. Seguro que también hay cosas que te han costado. Y por algunas quizás has tenido que pagar un buen precio.
Pero a pesar de esto, el balance es positivo. Analiza lo que eres y lo que podrías ser. ¿Te satisface? ¿O bien te molesta lo que llevas dentro? ¿Tienes conocimiento de todo su contenido?
Todos llevamos en la mochila algo que nos disgusta, que nos pesa. A cada uno de nosotros nos parece que nuestro propio peso es mayor que el de los otros. Pero sólo es una percepción. ¿Qué pesa más, un kilo de hierro o un kilo de paja?
A continuación te propongo un ejercicio de autoliberación:
Toma papel y lápiz y haz una carta a tus padres dándoles las gracias por todo lo que de ellos recibiste o perdonándoles el daño que te hicieron. Detalle a detalle y recreándote en lo que recuerdas que más te gustaba o más te molestaba. A continuación, léela dos o tres veces, y destrúyela.
Suspira profundamente y siéntete en paz contigo mismo.