Entregué una tarea que me han aprobado con un 10!
Y me gustaría compartirla con ustedes.
Se trata de un ejercicio cuyo enunciado decía lo siguiente:
Crea un personaje.
Envíanos su nombre, descripción y estado de ánimo durante la interpretación. La locución deberá ser acorde con lo que nos describas.
Redacta una pequeña biografía e indica los adjetivos que mejor lo caractericen, no tanto físicos como a nivel psicológico y conductual: Es de clase alta, baja, es rudo/a, vulgar, vive acomplejado/a, es tímido/a, extrovertido/a, chistoso/a, impulsivo/a… Y cuantas más preguntas te hagas y puedas responder más te ayudará a concretarlo y a conocerlo/a.
Queremos escuchar al personaje en una situación, esto es, necesitamos que sea un texto dramático (no narrativo), donde esté hablando con alguien con quien tiene una relación emocional (concreta cuál) y tenga un conflicto.
Recuerda que los personajes siempre quieren algo (tienen un objetivo) y tienen mucho interés en conseguirlo.NOTA: Interpreta únicamente un solo personaje. No olvides contextualizar la situación y definir qué tipo de relación tiene con el personaje al que se dirige, cuál es su objetivo y cuáles son sus estados de ánimo.
Así que me puse manos a la obra e imaginé, me puse a escribir dejando que la inspiración fluyera. Tenía que ser dramático, lo cual es algo complejo para mi ya que soy mas de broma, más que de drama.
Me motivé tanto que hasta me he planteado hacer un libro con la historia ¿qué opináis?
Ahí os dejo la historia de Gertrudis, y a «pie de post» os dejo el video que he subido a YouTube con el audio que envié.
Os agradeceré si me dejáis vuestro comentario y me seguís en mi nuevo canal de YouTube.
Personaje: Gertrudis
Gertrudis es una mujer que nació en una casa de clase alta donde la familia tenia mucho dinero, su padre era abogado y su madre cirujana cardiovascular, una combinación que podría parecer muy útil.
Pero Gertrudis pasaba mucho tiempo sola en casa con la compañía del personal del hogar, ya que tanto su madre como su padre eran muy reconocidos en sus trabajos y eran personas muy importantes que siempre estaban trabajando.
La cocinera, que era muy dicharachera era vidente y también se le daba muy bien el tarot y poder ayudar a la gente. Es por eso que un día le dijo a Gertrudis que tuviera cuidado cuya que alguien del personal quería hacerle daño.
Gertrudis se crío sin ser religiosa, con una personalidad muy extrovertida, positiva y divertida. Por lo que ni creyó lo que le decían creyó que tan solo eran chismes inventados de una mujer de media edad aburrida.
Gertrudis tenia 17 años, cuando alguien del personal nuevo apareció, sintió que se encapricho de ella, era joven, guapo, atlético, y Gertrudis en plena adolescencia, empezó a sentir por su cuerpo un deseo por ese hombre, se cruzaban miradas y sonrisas siempre en lugares donde había poca gente o nadie. Pasillos, la cocina cuando iba a por agua, nunca hablaban tan solo se mira an y sonreían coquetamente. Pero Gertrudis era menor de edad y apenas había pasado aun mes desde que empezó a ver ese hombre, lo suficiente para que su corazón latiese cada vez que se lo cruzaba y cada vez soñaba con el sintiendo un calor nuevo no experimentado anteriormente .
Un dia, se envalentonó y se acercó a ese hombre del personal y le preguntó quién era y a qué se dedicaba en la mansión, le dijo con voz baja y casi susurrando que era algo secreto que no podía revelarle aun.
Eso hizo que aumentara el misterio incrementando más aún la atracción por ese hombre.
Las miradas continuaron, y Gertrudis empezó a sentirse diferente, ahora parecía mas tímida, retraída, ya no hablaba tanto.
Ya no contaba chistes ni hacía pequeñas bromas, no se la escuchaba reír.
La asistenta de limpieza y el jardinero intentaron preguntarle qué le pasaba ya que estaban preocupados por Gertrudis.
Pero ella no contestaba, respondía con indiferencia “nada”. Y se iba.
La noche tras haber celebrado su 18 cumpleaños, el chico que le robaba sus sueños, entró en su dormitorio, debían ser las 4 o 5 de la mañana, había gente en casa, incluso los padres de Getrudis estaban allí.
El hombre misterioso, se metió en su habitación, cerró la puerta con cuidado, se introdujo rápidamente desnudo de cintura para abajo en su cama, le tapó la boca con algo que impedía que pudiera emitir ningún sonido, le susurró en su oido:
¿querías saber quien soy? Soy tu regalo de cumpleaños.
Le quitó la ropa con brusquedad y le robó su mas preciada tesoro: su virginidad.
La violó, mientras Gertrudis se quedó en shock, llorando en silencio de dolor y con los sentimientos a flor de piel, ya que soñó muchas veces con ese ser pero en un ambiente algo más romántico.
Gertrudis desde ese día, se convirtió en una persona reservada, depresiva, no tenia ganas de nada, estaba en shock, lloraba y le gustaba estar encerrada en su habitación.
Desde esa noche, nunca más volvió a ver al hombre misterioso por la casa, parecía como si hubiera desaparecido, tampoco quiso preguntar por el.
Cuando alguien hablaba con Gertrudis, ella respondía a las demás personas con brusquedad, déspota y on ironía. Era super borde, comenzó además a cambiar su forma de vestir y ahora vestía siempre oscuro y tapándose mucho, a pesar de vivir en un lugar de mucho calor.
Gertrudis, que siempre había vestido muy sensual y colorida, ella que desprendía luz y positividad allá por donde caminaba, atraía todas las miradas, vestía con vestidos siempre por encima de las rodillas o pantalones cortos vaqueros y camisetas escotadas sobre todo de color verde, que era su color favorito y que combinaban perfectamente con sus ojos verdes.
Un día su padre hizo una fiesta de empresa en casa, había muchísima gente.
Su madre fue a llamarla a la habitación para que hiciera acto de presencia en aquella importante fiesta donde celebraban el ascenso deseado de su padre, en el bufete de abogados más prestigioso de la ciudad.
Tras mucho insistirle, Gertrudis se arregló el cabello recogiéndolo con una coleta alta, se arregló el flequillo que casi escondía la mirada, llevaba un vestido negro largo de cuello alto y hombros cubiertos con unas mangas de lo que parecía una gasa translúcida.
Mientras Gertrudis bajaba la larga escalera, un miembro del personal de la casa, la cocinera vidente, miró fijamente a Gertrudis a sus ojos.
Bajaba las escaleras Gertrudis hasta que se percató que tenia los ojos clavados en ella, cuando cruzaron las miradas pudo leer en los labios de la cocinera:
“lo sé, sé lo que pasó” “ten cuidado”
Apartó la mirada de la cocinera, agitó la cabeza parpadeando cuando sintió como las manos de su padre tocó su brazo diciéndole:
– “Gertrudis cariño, quiero presentarte a mi mas leal y fiel compañero, del que tanto os he hablado y quien me ha ayudado a resolver el caso mas importante de mi carrera, su nombre es Joan”
Sí, era el.
Gertrudis abrió sus ojos asustada, y con un jadeo de temor, un suspiro aspirado hacia dentro de su cuerpo, se marchó corriendo escaleras arriba hacia su habitación mientras una multitud de sentimientos y pensamientos invadieron su cabeza.
Se escuchó por toda la casa el portazo que hizo cerrar la puerta de su habitación que coincidió justo con una canción que terminaba.
Su padre, se disculpó con Joan y fue tras ella, abrió la puerta de su habitación y le preguntó a su hija qué había sucedido. Gertrudis habló desde el corazón a su padre a quien quería y admiraba muchísimo.